Estudiar en la Universidad Católica de Honduras es una experiencia definitivamente transformadora, trascendiendo de lo meramente académico e integrando valores éticos y espirituales en mi vida. Como parte de la formación, he aprendido que el conocimiento se enriquece con propósito, y el éxito cobra sentido cuando caminamos hacia él con pasión y compromiso.

Estudié Teologia Pastoral para crecer en la fe y ser mejor cristiano. La huella de esta experiencia ha marcado mi vida, en un antes y un después, se que todas las herramientas académicas y las bases espirituales que me ha brindado la UNICAH, me permitirán aportar mucho a este mundo, he aprendido que es necesaria la humildad y que es de rodillas donde se hace un verdadero teólogo.

Desde el primer día en la Facultad de Ingeniería Industrial, me sentí como en familia, apoyada por mis compañeros y maestros, con quienes creé un lazo fuerte más allá de lo académico. La huella de esa experiencia sigue viva en mí, la cual me guía y fortalece incluso después de egresar, recordándome la importancia de la solidaridad y sobre todo el amor, eso solo se cultiva en la UNICAH.

Mi experiencia fue gratificante, y por lo cual me encuentro muy agradecida con el personal y la institución, ya que me brindaron una beca completa en los cuatro años de estudio y me permitió cumplir mi sueño de graduarme de pregrado. No solo me llevo conmigo muchos valores morales, sino también conocimiento valioso para obtener mi puesto de Coordinadora de Comunicación y Mercadeo.